Entradas

jueves, 5 de febrero de 2009

Que es lo que quería decir Einstein?


Se que la ecuación que formulo Einstein, E=mc2, es muy importante y que guarda alguna relación con la bomba atómica, pero ¿en que nos afecta, que tiene que ver con la gente normal?


La verdad es que no mucho. Aunque esto no significa que esta teoría no haya constituido una de las inspiraciones mas acertadas de la mente humana. A pesar de que tiene que ver con muchos fenómenos cotidianos, estos son demasiado pequeños para que los percibamos, salvo cuando esa bomba que ha citado nos llama la atención al respecto, ya que la bomba seguramente constituye uno de los ingenios para llamar la atención más efectiva de todos los tiempos.

La más famosa de las ecuaciones fue inmortalizada en papel por Albert Einstein en 1905, como una pequeña parte de su mayestática teoría de la relatividad. Entendiendo como energía la habilidad que permite que las cosas tengan lugar y como masa esencialmente el pero de un objeto material.

Como es natural, nos gustaría pensar que la energía es energía y que los objetos son objetos y punto. Pero Einstein descubrió que la energía y la masa son aspectos diferentes e intercambiables de una misma cosa universal, que denominaremos masa-energía a falta de una mejor definición. La ecuación de Einstein asombrosamente sencilla a todas luces, es la formula que permite determinar cuanta energía equivale a cuanta masa u viceversa.

Para los amantes de las matemáticas diremos que si m equivale a una cantidad de masa determinada y E es la cantidad equivalente de energía, la ecuación nos dice que podemos determinar la cantidad de energía sencillamente multiplicando m por un numero representado como c2. (El numero c2 es enormemente grande y supone el cuadrado de la velocidad de la luz, lo que permite obtener una enorme cantidad de energía a partir de una cantidad de masa diminuta.

La razón de la irrelevancia de la ecuación de Einstein en nuestro quehacer cotidiano es que todas las actividades comunes para la producción de energía, tales como la digestión o la combustión de gasolina o carbón, son procesos puramente químicos, y en estos procesos la cantidad de masa de la que proviene la energía es minúscula.

¿En que medida es esta cantidad minúscula? Bueno, aunque detónenos y hagamos explosionar un kilogramos de TNT, toda esta energía liberada a partir de la conversión de solo la mitad de una milmillonésima parte de un gramo de masa. Si pudiéramos pesar el TNT antes de la explosión y después juntar todo el humo y los gases disipados por la deflagración para pesarlos, veríamos que pesan medio milmillonésima parte de gramos menos.

Eso es menos de lo que podemos percibir. Apenas podemos medir estas diferencias minúsculas en la en las basculas mas sensibles y sofisticadas del mundo. Por eso, aunque la ecuación de Einstein se aplique en todos los procesos relacionados con la energía no tendrá una importancia reseñable en nuestra vida cotidiana.

Esto es así para todos los procesos químicos. Los procesos nucleares tales como las reacciones de fusión nuclear del Sol y la reacción de fisión de la bomba atómica son harina de otro costal. Puesto que casi toda la masa del mundo esta localizada en el enorme núcleo de los átomos, la cantidad de energía liberada, átomo por átomo, por los procesos nucleares será mucho mayor (miles de veces superior) que la que pueden liberarlos procesos químicos.

Lo que hace que la energía atómica sea la campeona entre los liberadores de energía de la Tierra es algo que se denomina reacción en cadena. Es un proceso en virtud del cual cada reacción de un átomo provoca dos reacciones mas, y cada una de ellas provoca dos mas, cada una de esas cuatro resultantes provoca a su vez otras dos, y cada una de las ocho hace lo propio, provocando dos mas, y así sucesivamente hasta que obtenemos un enorme numero de átomos que están reaccionando a parte de la reacción piloto causada por un solo átomo, Cuando logremos que un numero muy elevado de átomos reaccione en un corto periodo de tiempo, donde cada uno de ellos libera una energía equivalente a mil millones de reacciones químicas, conseguiremos una explosión sin precedentes.

Las reacciones en cadena no son todas malas. Si controlamos la velocidad a la que se multiplica la reacción de n cadena de la fisión nuclear, obtendremos un reactor nuclear. En el reactor nuclear la energía se libera gradualmente, y de esta manera genera calor para hervir agua, produce vapor para mover las turbinas que ponen en marca lámparas como las que bien podrían emplearse para leer este libro. Este es el efecto directo que este tipo de reacciones tiene en nuestras vidas.


Lo que Einstein no sabía

Robert L. Wolque